- Ya estas muerto Roderick -
- Pero esto no es el infierno -
- No. Esto es peor - "
Aquellos caminos que ya había dejado atrás, los débiles, los cobardes, los insensibles y los suicidas, todos y cada uno de ellos castigados de la peor manera posible, apenas parecía se el comienzo y yo ya quería que todo esto termine.
El panorama era tenebroso, personas colgadas desde el techo por cadenas en llamas, todos ensangrentados pidiendo liberación. Gente vomitando el odio en su interior, condenados siempre a bajar por el túnel de la soledad, ciegos privados del tacto, que en vida lo tuvieron todo. Asesinos, grandes reyes, todos tratados como a igual, sin diferencia alguna, moría el rey y moría el noble. El suelo estaba lleno de esqueletos, cabezas que te miraban mientras caminabas, el canto enternecedor de las sirenas no tenía grado de comparación con este. Eran bellas, pero peligrosas. La sombra que deje en la segunda prisión me comento que tuviera cuidado con todo aquello que viera. Nada es real, pero sin embargo dolía. Eran apenas proyecciones de mis recuerdos.
¿Cuanto tiempo más estaré vagando en esta especie de infierno?. Soledad, estoy condenado a caminar con ella por todos los errores que cometí. Cuantos corazones estruje hasta agotarlos para después abandonarlos, cuanta agua salada derramada por un amor que hoy ya no vale nada.
Detenga esto, estoy enloqueciendo, estoy perdiendo la noción del tiempo, sáquenme de aquí, de este hoyo al que fui lanzado por la reina despiadada, no he conocido en toda mi ida mujer más cruel que la que controla mi castigo.
Pero de algo después de todo estaba seguro: Lo merecía. Lo sé
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