Hola amol, como estas?. Te extraño mucho sabes?. Quisiera tenerte conmigo en estos momentos y olvidarme de todo aquello que pasará.
Estos últimos días a tu lado, me han servido de mucho. Me gusta salir a la ventana, ver la luna, saber que tu también la estás viendo, y que estás pensando en mi, de la forma que yo lo hago.
Me gusta estar a solas para pensar en ti, y recordar cómo muy poco a poco llegué a quererte. Conquistaste mi corazón lentamente, con cada detalle, tu estilo me atrajo, tu personalidad, tu forma de tratarme, de quererme, de amarme. Te cuento esto, porque en el pasado no tuve la oportunidad de hacerlo, y en el futuro, tampoco la tendré.
Ayer mientras recordaba aquel sábado donde te ame, donde me amaste, el teléfono sonó. Era una llamada de mamá desde Italia. Mi madre me dijo que me había conseguido una beca en una de las mejores universidades de allá, para estudiar Administración. Colgué el teléfono y pensé en llamarte, escuchar tu voz una vez más, decirte lo mucho que te amaba, que no quería irme, que quería quedarme contigo, a tu lado. Pero nada puedo hacer ya. Quiero decirte que todo este tiempo a tu lado, he aprendido mucho, me has enseñado muchas cosas, déjame decirte que eres muy importante para mí. Quiero que sepas que te amo, que te quiero con todo el corazón y que esta separación me duele tanto como te duele a ti. Quisiera que esto no fuera real. Quisiera estar soñando, y poder despertar junto a ti, a tu lado, abrazado a ti, repitiéndome una vez más lo mucho que me quieres. Aquel martes, que me sentí distanciado de ti. Tenía miedo, miedo a perderte, era la 3era vez que te veía y no sabía cómo iban a ser las cosas. Te confesé que en un tiempo me enamoré de mi amigo. Pero desde que te conocí, todo cambio de repente, todo mi mundo empezó a girar por ti, te volviste mi motivo, mi razón de vida.
Más el destino se interpone entre nosotros, y tengo que partir, tengo que dejarte. Mañana parto para Italia, a una nueva vida, a un nuevo destino. No quise decirte esto a la cara, pues no lo soportaría, no quiero ver tu rostro envuelto en lágrimas. Quiero recordarte feliz, alegre, con esa sonrisa que me llenaba de vida. Con esa mirada enamorada con la que me veías. Con esa seguridad que me dabas al amarme. Quiero recordarte así, para mantener viva aquella llama que encendimos juntos. No quiero llorar, pero tal parece que otra vez empieza a derrotarme la tristeza. Te fui siempre fiel, créeme. Te fui siempre fiel, te amé sólo a ti; nunca hubiese sido capaz siquiera con alguien más. ¡Como me gustaría tenerte cerca en estos momentos!. Mañana me voy, y de verdad quería escuchar tu voz, sentirme acariciado por tu mano y despedirme con otro beso tuyo.
Te amo con toda el alma. Dudé mucho en escribirte esta carta, pero tenía que darte explicaciones si de pronto veías que me alejaba de ti. Quiero por medio de esta carta, agradecerte que me enseñaras a amar, a apreciar el sol de cada mañana, a respirar y a vivir con ansia cada alborada, a mirar la luna, y saber que tu también estas pensando en mi, por enseñarme a ver y sentir el verdadero amor. Me gusto conocerte, jamás te olvidaré. Ni a ti, ni tus besos, ni tus abrazos. Te amo con todo mi corazón. Te amo como nunca a nadie he amado. Eres muy importante para mí, e indispensable en mi vida.
Con cariño.
Lu.
