Me detuve. Pense.
"Todo aquello que arriesgué, por alguien que en ausencia, aun se siente." Es frustraste, recibir un castigo así, por alguien que no lo merece. El amor es ciego, pero nosotros idiotas.
- Oye tu!.- Una espeluznante voz re-dirigió mi mirada hacia un pequeño nicho.
--Tu!, Roderick, ven acá. Acércate-
La voz era fúnebre, casi tanto como el llamado de la muerte susurrando al oído.
-¿Quien eres? - Dudoso y temeroso de la respuesta. Pregunte.
-Yo?, soy tu identidad perdida.- Respondió con una sonrisa tan repugnante
-¿Disculpa? - ¿Mi identidad perdida?-
-Soy aquello que nunca fuiste y aquello que dejaste de ser , soy el grito mas fuerte que nunca soltaste en tu mayor desesperación, soy el llanto mas largo en tu más profunda tristeza, soy la ira en tu puño que nunca dejaste ir, el te amo que no dijiste por temor a no ser devuelto, el perdóname que nunca dijiste por un absurdo orgullo, tus debilidades mas fuertes y tus mas suaves sentimientos. -
-¿Que haces acá? - no quise indagar más en sus respuestas, de por si, el hecho de su presencia ya era incómoda.
- Eso debería preguntártelo a ti. ¿De verdad no sabes que hago acá?-
-¿Por que tendría que saberlo?, si ni siquiera sabia que existías.
-No existo, soy solo tu interior, pero ahora estoy acá porque una parte de tu mente me liberó. Cuando aceptaste el castigo de Afrodita, cuando renunciaste a todo, cuando lanzaste aquella flecha y anulaste tus recuerdos, una parte de tu mente liberó todo aquello que reprimes. -
-¿Qué sabes?, no logro recordar nada hasta antes que cayera al pozo.-
-Ni lo harás, fuiste privado de tus ultimas memorias, ese fue el pacto.-
-¿pacto? ¿que pacto?-
-Tu contrato con afrodita, mi querido Roderick. -
Aceptaste con la frente el alto, el castigo de afrodita a cambio de liberar tu mente, perdonar tus pecados y saldar tus cuentas. Olvidar no es sencillo, pero tu capricho te llevo a todo lo que eres ahora y a todo lo que vez.-
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