Y pregunte: Como dejé que pasara todo esto. ?..
Me dijo: En el momento que dejaste de ser tu, solo para agradarle a alguien mas..
Es cierto sí, hay un mundo muy diferente fuera de esas cuatro paredes.
Es cierto, Las cosas simples también pueden ser las más bellas.
Es cierto, es mejor abrazar el dolor, sentirlo y después dejarlo ir..
Es cierto, el amor no es para los débiles.
Reestructure su mundo, complemente su vida, le di alas, lo hice volar...
Hoy, que creo que estoy de pie, veo las cosas más claras, pero aun me cuesta aceptarlas.
Hoy siento que Cupido se burlo de mi, que afrodita me puso una trampa.
Merecida la tengo, pero... esto extralimita mis castigos.
Me veo sentenciado a una pena que siento, no me pertenece. - ¡Protesto! - Grite intentando liberarme de las cadenas.
-¡¡Silencio!!, ¡Orden en la corte!! -, dijo Cupido. - Su sentencia es merecida y no lo repetiré más.-
Entonces todo mi mundo se derrumbó.
- ¡Arrójenlo al coliseo! - Grito Afrodita, diosa y ama de todo aquello que había alrededor, tan bella y tan despiadada, como si el amor no rozara su corazón.
Sin piedad los soldados me agarraron fuertemente de los brazos, imposibilitando todo tipo de escapatoria, me arrastraron varios metros lejos del salón de las culpas, mientras veía como la gente celebraba y otras lloraban por mi calvario. Pasamos por un callejón oscuro, donde solo podía escuchar el grito de gente, pidiendo perdón, aclamando oportunidades, intentando liberarse
-¿Dónde estamos?- pregunte anonadado por tales gritos.
-¿Esto?, es el callejón de los desesperados. - Contesto uno de mis guardianes
Aquí está encerrada la gente solitaria. Gente que a pesar de estar rodeada de muchos amigos, siguen solos.
-¡Es absurdo! , no se puede estar solo, estando rodeado de tanta gente.- Refute.
La soledad es del alma Roderick, no del cuerpo. Esta gente que vez acá, grita por desesperación, por libertad propia. Están atrapados dentro de ellos mismos, son personas egoístas donde solo les interesa su propio bienestar. Gente temerosa a someterse a las reglas de Afrodita. Personas cobardes que prefieren evitar, antes de arriesgar. Se ahogan en su propio ser, pero no quieren salir, por miedo, o porque piensan que, como una tortuga, se sentirán seguras ahí dentro. Gritan desesperados, pero nadie los escucha, ni serán escuchados nunca. Vivirán mudos de por vida, hasta que ellos mismos rompan su silencio.
-¡Roderick!- grito un cuerpo sentenciado.
Voltié a ver quién era y encontré a una señora ya acabada, por los años intentando liberarse de sus propias cadenas. Recuerdo que cierta vez, le pregunte si nunca se había sentido sola. Ella respondió que no, que no tenía porque sentirse sola, pues podía estar sola toda su vida, porque así se acostumbró, porque así lo decidió.
¿No extrañas o sientes necesidad por un beso?, ¿por un abrazo? ¿Qué tal la seguridad que te da aquella persona, la importancia o el sentir de que alguien te piensa, te extraña. Te quiere?. Pregunte.
-Roderick, mi niño hermoso, aún estas muy pequeño para hablar de esos temas. ¿No crees?. - Tienes mucho que aprender y mucho por vivir, conforme vayas creciendo, vivirás, amarás tal vez, o como yo, encontraras que no necesitas de nadie para sentirte bien contigo mismo. Sabes que tienes gente a tu alrededor, que te quieren y que piensan en ti, que son ellos quienes se quedaran contigo toda la vida. ¿ Para que necesitas a alguien si sabes que tal vez en algún momento se irá?
Entonces, comprendí que ella llevaba una pena muy grande en el fondo de sus ser, que la había hecho encerrarse en algún lugar de su alma. Ahí, donde nadie podía rescatarla. Ahí donde ni siquiera ella se encontraba…
Así pasamos la primera cárcel de los condenados. Yo era aún una de las últimas cárceles, si es que no me atrevo a decir que soy la última. Una de las peores que están bajo la tutela de Afrodita.
Después, de los Siete infiernos de Hades, y sus prisiones, las cárceles de Afrodita son las más temidas, sin embargo las personas siempre estamos en una u en otra. Somos condenados según los actos que hagamos en vida y en vida somos enviados a diferentes prisiones. Es un ir y venir, considerado parte de la vida de la cual, nadie se libra.
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